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Ideas solitarias

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Ideas solitarias

¿Puede Rusia competir?

MIT Press,

15 mins. de lectura
10 ideas fundamentales
Texto disponible

¿De qué se trata?

Rusia, una superpotencia, nunca ha sido una fuerza mundial en materia de tecnología e innovación.

Clasificación editorial

8

Cualidades

  • Amplio
  • Descriptivo
  • Interesante

Reseña

El investigador y experto en Rusia Loren Graham cubre la historia de la ciencia y la tecnología en la ex Unión Soviética en este singular tratado sobre un sistema nacional fallido. Detalla las subestimadas contribuciones de los principales científicos, inventores y teóricos rusos desde el siglo XIX. Debido a un escaso liderazgo, corrupción y la carencia de infraestructura empresarial, los soviéticos fallaron en ser líderes en los principales campos científicos o de alta tecnología del siglo XX, con excepción del espacio, el software y la energía nuclear. Graham explica cómo el sistema totalitario ruso mantuvo las ideas de sus científicos lejos del escenario mundial. Su historia es pertinente para los sucesos recientes en tanto que son una continuación del patrón de represión. getAbstract recomienda esta trágica y fascinante historia de desarrollo fallido a historiadores, científicos, políticos y estudiantes.

Resumen

Rusia fracasa

En 1826, la fábrica de armas rusa en Tula era una de las mejores del mundo. En una fundidora que data de 1632, Tula producía el cañón de acero más poderoso y las campanas para iglesia más grandes nunca antes realizadas. Esta fábrica, alguna vez la más grande del mundo con 14 mil trabajadores, empleaba avanzadas técnicas, incluyendo partes intercambiables producidas a gran escala. Sin embargo, 29 años más tarde, los rifles rusos no se equiparaban con las armas que enfrentaron en la guerra de Crimea. Las balas rusas no alcanzaban a sus oponentes británicos y franceses, cuyas armas tenían un alcance tres veces mayor. Si bien el zar condujo los avances tecnológicos, una vez que consideró que Tula había alcanzado resultados de clase mundial, no hizo nada más. Debido a que los obreros de Tula se consideraban a sí mismos artesanos, no empleados de fábrica, se resistieron a las nuevas tecnologías, incluyendo molinos de agua y motores a vapor.

Rusia dependía de la monarquía para toda guía y recursos, mientras que el clima social y económico en otros países fomentaba los avances tecnológicos. El patrón negativo e inconstante de Rusia continuó con Stalin, Brezhnev...

Sobre el autor

Loren Graham, profesor emérito de historia de la ciencia en MIT e investigador académico del Davis Center de Estudios sobre Rusia y Euroasia en Harvard, escribió Ghost of the Executed Engineer.


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