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Ana Karenina

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Ana Karenina

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10 ideas fundamentales
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¿De qué se trata?

La tragedia de un ángel caído: en la obra monumental de Tolstói, la bella Ana Karenina se enreda en una aventura y cae en la desgracia.


Clásico de la literatura

  • Novela psicológica
  • Realismo

De qué se trata

Adulterio con consecuencias

La literatura europea conoce a tres famosas adúlteras: la alemana Effie Briest, la francesa Madame Bovary y la rusa Ana Karenina. Ana es quizá a la que más hay que compadecer. Pero eso es precisamente lo que Tolstói no hace. Rara vez interviene en la trama de su obra maestra, narrada de manera minuciosa y realista, para dar instrucciones o emitir opiniones. Para él, Ana Karenina es simplemente una mujer que se pierde a causa de sus pasiones y de la presión de la sociedad. Debido a una aventura con el veterano militar Vronsky, atrae el desprecio de los círculos aristocráticos. Rechazada fríamente por el esposo, privada de su hijo y, finalmente, sin estar segura del afecto de su amante, se suicida arrojándose frente a un tren en marcha, irónicamente en el lugar exacto donde anteriormente había conocido a su amante. Tolstói necesitó más de mil páginas para esta historia, que escribe de una manera detalladamente realista y recurre con maestría al monólogo interior para describir los sentimientos de Ana. Ana Karenina es, junto con Guerra y paz, la novela más conocida y popular de Tolstói, y mucho mejor para leer que esta.

Ideas fundamentales

  • Después de Guerra y paz, Ana Karenina es la segunda novela importante de Tolstói.
  • Contenido: Cuando Ana Karenina visita a su hermano en Moscú, conoce al gallardo oficial Vronsky, que inmediatamente se enamora de ella y la sigue hasta San Petersburgo. Ambos tienen una aventura de la que, a la larga, se enteran el marido de Ana y toda la sociedad de San Petersburgo. Ana queda embarazada de Vronsky y huye con él a Italia. Después de su regreso, está socialmente arruinada. No ve ninguna otra salida y se arroja frente a un tren.
  • La novela se desarrolla en San Petersburgo, Moscú y el campo.
  • Ofrece una visión íntima de los círculos más altos de la sociedad rusa.
  • La trama principal se contrasta con otros diferentes modelos de familias y relaciones que son más felices.
  • El conflicto de la novela no consiste principalmente en las disputas privadas, sino en la presión social.
  • Se abordan los temas de la culpa, la condena y el perdón.
  • Tolstói utilizó varios elementos de su entorno personal; por ejemplo, la esposa de un vecino fue tratada de la misma manera que Ana.
  • La novela apareció en entregas entre 1875 y 1877 en la revista Russkij vestnik y, en forma de libro, en 1878.
  • Cita: “‘Quiero amor y no existe. Por tanto, todo ha acabado’, repitió las palabras que le había dicho a él. ‘Debemos acabar de una vez’”.

Resumen

Una disputa matrimonial en la casa Oblonsky

Una mañana en Moscú el príncipe Esteban Arkadievich Oblonsky, a quien sus amigos llamaban simplemente Stiva, se despierta bruscamente de un sueño agradable. Durmió en el despacho después de haber discutido con su esposa Dolly, cuando ella descubrió que él había tenido una aventura con la niñera francesa. Stiva está muy contento de que su hermana Ana haya anunciado su visita para el día siguiente. Ana vive en San Petersburgo y está casada con Karenin, un apreciado funcionario del gobierno. Se mueve en los círculos sociales más altos y es una invitada bien recibida en todas partes por su encanto y su belleza. Stiva apuesta todo a Ana: si su matrimonio todavía puede salvarse, ella lo hará. A la hora del almuerzo, se encuentra con su viejo amigo Constantino Levin, un hombre algo inseguro, pensativo y tímido. Los dos estudiaron juntos y se conocen desde hace siglos. Levin pasa la mayor parte del tiempo en su finca, porque no le hace ninguna gracia la vida urbana. Está enamorado de la cuñada de Stiva, Kitty Scherbasky. Así que Stiva le aconseja ir a patinar sobre el hielo en el parque, porque allí va a estar la familia de su amada. Ambos se citan para comer y luego Levin se dirige directamente a la pista de patinaje del parque.

La danza sobre el hielo

De inmediato, Kitty va con Levin y le pide que den una vuelta juntos. Él está encantado, pero Kitty no es tan confiada como hubiera deseado y su madre no oculta que no le gustan sus avances. Cuando la situación empieza a ser embarazosa, Stiva llega a la pista de hielo y lo rescata. Levin se siente incómodo en el lujoso restaurante al que van. Stiva le pregunta por qué dejó Moscú tan abruptamente hace tiempo. Levin confiesa que está enamorado de Kitty, pero que no creyó posible pedir su mano en ese entonces. Stiva lo anima a hacerlo ahora, y pronto; lo mejor sería por la noche en la recepción de los Scherbasky, porque Levin tiene un rival que se presentó poco después de su partida y desde entonces ha estado tratando de ganarse el favor de Kitty: el príncipe Vronsky, un joven y audaz ayudante de campo.

La estación de destino

Levin pone en práctica el consejo de Stiva. En la recepción de la noche le propone matrimonio a Kitty, pero esta la rechaza porque secretamente espera la propuesta de Vronsky. Levin se siente profundamente amargado por esto. La madre de Kitty se alegra por la decisión de su hija, a diferencia de su padre, que hubiera preferido a Levin en lugar de Vronsky. Sin embargo, Vronsky no piensa en absoluto casarse con Kitty. Al día siguiente, va a la estación del tren para recoger a su madre que llega en el tren de San Petersburgo. Allí se encuentra a Stiva, que espera el mismo tren para recibir a su hermana Ana. Por casualidad, las dos viajeras iban en el mismo compartimento. Cuando Vronsky ve bajar del tren a Ana Karenina, queda cautivado de inmediato por su belleza, su vitalidad y su alegría de vivir. De repente, se produce un tumulto: un guardavías acaba de ser atropellado por un tren.

De regreso en San Petersburgo

Ana cumple con las expectativas que Stiva puso en ella y logra mediar entre Stiva y Dolly para reconciliarlos. En un baile al día siguiente, Vronsky le pide un baile a Ana y ya no deja de bailar con ella. En realidad, a Kitty le agrada mucho Ana, pero se siente decepcionada cuando incluso el último baile no es para ella, sino para Ana. Cree ahora que Vronsky nunca pedirá su mano y que, básicamente, no tiene ningún interés en ella. En los días siguientes, se enferma y está cada vez más débil, tanto que sus padres tienen que viajar con ella a Alemania para que se someta a una cura. El hombre que ella rechazó se hace recriminaciones: frustrado, Levin abandona Moscú y regresa al campo. Ana se siente mal por la estrecha relación que ha establecido con Vronsky en tan poco tiempo. Deja a su hermano y regresa a San Petersburgo. Durante una breve parada, se encuentra a Vronsky, que admite abiertamente que quiere estar donde ella esté. Ana se siente indignada, pero también halagada. Cuando Karenin, su esposo, la recoge en la estación del tren, ella nota por primera vez sus orejas de soplillo. De repente, ya no le gusta; su actitud burlona, su aspecto e incluso Sergio, el hijo de ambos, provocan en ella decepción y enojo.

La aventura

En los días siguientes, contrariamente a su costumbre, Ana acude con frecuencia a fiestas y bailes en San Petersburgo con la esperanza de encontrarse a Vronsky. Tiene éxito. Las cosas llegan tan lejos que, en las fiestas de la princesa Betsy, Ana se retira con Vronsky a una mesa separada y sostiene largas conversaciones con él, sin prestar atención al resto de la sociedad ni a su marido. Murmuran. Sospechan algo. Karenin confronta a su esposa con la sospecha y le advierte las consecuencias morales y sociales de su comportamiento. A partir de ese día, Ana claramente se aleja de su marido y su preferencia secreta por Vronsky se convierte –más o menos abiertamente– en una aventura. Ana no siente que esté haciendo algo prohibido, porque cada vez le queda más claro que no ama en absoluto al seco Karenin. Todo un año pasa así en el campo. En el momento en que el adulterio finalmente se consuma, Ana mira a Vronsky con lágrimas en los ojos y le dice: “Ahora no me queda nada más que tú”. Dividida entre la felicidad largamente anhelada y el temor a la desgracia y la culpa, Ana se revuelca en su lecho. Tiene pesadillas.

Deporte ecuestre mortal

La sociedad toma nota del asunto. Cuando la madre de Vronsky se entera de que su hijo ha sacrificado incluso su carrera para quedarse con Ana, sospecha un romance “estilo Werther”, que no puede aprobar. Poco antes de una importante carrera de caballos, en la que Vronsky participa por su regimiento, Ana le dice que está embarazada. Vronsky quiere que obligue a Karenin a divorciarse para legitimar su relación, pero Ana no puede decidirse. Alterado en su interior, Vronsky se dirige a la pista de carreras. Su fiel caballo Fru-Fru, con el que se lleva mejor que con la gente, casi le habría garantizado la victoria, si no fuera por el último obstáculo. A la mitad del salto, Vronsky se inclina demasiado rápido, Fru-Fru se hunde, tropieza, cae y se rompe la columna vertebral. Vronsky sobrevive la caída, pero está conmocionado por la pérdida de su amado caballo. Ana, que acudió a la carrera con su marido, se pone frenética cuando ve esto. Por supuesto, Karenin se da cuenta de las emociones de Ana. Nuevamente la cuestiona y se entera de que ella ama a Vronsky. Quiere que ella siga representando su papel de esposa para guardar las apariencias. Más tarde, Karenin toma la decisión de no aceptar el divorcio y pedirle que renuncie a la aventura.

¿Divorcio?

Levin, que se enteró por Stiva que Kitty todavía no se había casado con Vronsky, disfruta de la vida en el campo, le gusta el trabajo físico e incluso se pone a segar el campo con los campesinos. Desarrolla una teoría sobre la agricultura cooperativa con sus campesinos. También visita a Dolly, que llegó a la finca de la familia con sus hijos. Dolly anima a Levin a hablar otra vez con Kitty, pero él no se atreve, aunque todavía la ama. Mientras tanto, Ana y su esposo viven en una tensión constante. Es verdad que viven juntos, pero él sabe que ella se encuentra regularmente con Vronsky. Una noche, cuando Karenin llega más temprano a casa de la ópera, se encuentra a su rival en la puerta. El hecho de que el adulterio tenga lugar en su propia casa es el acabose para Karenin. Le comunica a Ana que preparará el divorcio y que su hijo Sergio se quedará con él.

Entre la vida y la muerte

En un viaje a Moscú Karenin se encuentra a Stiva, y lo invita a una cena. En la fiesta Dolly intenta en vano hablar con Karenin sobre el divorcio. Levin y Kitty también están invitados. Los dos se acercan nuevamente y, al final de la noche armoniosa, queda claro que quieren casarse. Después de la fiesta Karenin recibe un telegrama de Ana: se está muriendo y le pide que vaya a verla y la perdone. Después de la vacilación inicial, Karenin viaja a San Petersburgo. Ana dio a luz a su hija con ayuda de Vronsky y ahora corre peligro de sucumbir por las consecuencias del difícil parto. Karenin se muestra noble y amable; perdona a Ana por sus errores y no quiere continuar con el divorcio. Vronsky está conmovido por tanta nobleza. Va a casa y quiere dispararse con su revólver, pero no le atina al corazón y se salva.

Italia

Ana se recupera con lentitud. La paz que todavía reinaba en su lecho de muerte, se evapora cada día de su recuperación. Quiere ver a Vronsky cuando se entera de que él podría conseguir un puesto más alto, lejos de ella. Incitado por Stiva, Karenin inicia nuevamente los preparativos del divorcio. Esto hace renacer las esperanzas en Vronsky y viaja junto con Ana a Italia. Mientras tanto, las campanas de boda suenan para Levin y Kitty. En Italia Ana es más feliz que nunca. Vronsky también está feliz, aunque empieza a aburrirse. Renunció a su carrera por Ana y se siente frustrado. Su amor por ella sigue siendo fuerte, pero comienza a declinar. El romance por sí solo no es suficiente para él. Regresan a Rusia con el plan de mudarse al campo.

El escándalo

Tres meses después de su boda con Kitty, Levin está un poco desilusionado. Su ideal del matrimonio desaparece, se vuelve más pragmático. Ahora se enreda en las mismas “disputas sobre nada”, que siempre le parecieron motivo de mofa en otras parejas. A Kitty casi no le interesa su trabajo. Poco después, resulta que está embarazada. A su regreso a San Petersburgo, Ana intenta ver a su amado hijo Sergio, en las circunstancias más difíciles. Se da cuenta de lo que ha perdido. Cuando se atreve a ir a la ópera, cae sobre ella la tormenta total del ostracismo social. Las damas de los palcos vecinos la insultan y abandonan sus asientos para no tener que sentarse junto a ella. Ana le hace una escena a Vronsky; él la puso en esta situación imposible y ahora también la priva de lo único que le quedaba: su amor. Lentamente, parece que la situación se les escapa a los dos. Se van de San Petersburgo y se dirigen a la finca de Vronsky. Allí, Ana recibe la visita de Dolly. Aunque admira el lujo, Dolly no se cambiaría por Ana.

La estación de destino por segunda vez

Puesto que Vronsky está cada vez más involucrado en política, cada vez hay más discusiones entre él y Ana. Ella se siente abandonada, no sabe qué hacer con su tiempo y se aburre. En realidad, la pareja quería casarse después de su regreso a Moscú, pero ahora Karenin se niega nuevamente a divorciarse. Ana desarrolla síntomas de manía persecutoria y celos. Un día, cuando Vronsky se ausenta un día más de lo anunciado, le escribe un telegrama. Para atraerlo, finge que la hija de ambos está enferma. Vronsky se siente cada vez más limitado en su libertad. El amor se convierte en resentimiento, y el resentimiento en odio. Cada vez más a menudo se va de la casa para no estar allí y tener que escuchar los reproches de Ana. Finalmente, después de una discusión particularmente acalorada, Ana quiere seguir a Vronsky. Se dirige a la estación del tren; allí recuerda el día en que se conocieron. Un empleado se arrojó al tren en ese entonces. Ana ya no puede vencer su desesperación y pone fin a su vida de la misma manera.

La inspiración de Levin

Vronsky casi no habla con nadie después de la muerte de Ana. Cuando dos años después surge en Rusia un ambiente favorable a los serbios, interviene, ahora hecho una piltrafa humana, en la guerra de los serbios contra los turcos, con la esperanza de caer en batalla. Levin y Kitty llevan una verdadera vida familiar. Levin, que siempre ha dudado de Dios, al final de su larga búsqueda de la verdadera fe, descubre, por un campesino, que el amor al prójimo es el servicio religioso diario. Para hacer este conocimiento más rico, ahora puede esperar adecuadamente a su pequeña familia.

Acerca del texto

Estructura y estilo

Al igual que con su obra monumental Guerra y paz, con Ana Karenina Tolstói ofrece una gran epopeya. La historia se desarrolla en casi mil 300 páginas y en ocho grandes partes, divididas en varios capítulos. Después de la cuarta parte se llega a un punto de inflexión: Ana huye con Vronsky a Italia sin haberse divorciado, y Levin y Kitty se prometen en matrimonio. La novela no termina después del suicidio de Ana en la séptima parte. En la octava parte, Tolstói pasa a la política del día (incluida la cuestión serbia) y examina la vida futura de sus personajes en un contexto nacional más grande. Entre los muchos personajes de la novela, que también llevan una cantidad desconcertante de nombres debido a las convenciones rusas para los nombres, destacan dos familias en las que Tolstói se concentra. El candente triángulo amoroso de Ana, Karenin y Vronsky impulsa la trama principal y se contrasta con el largo camino de Levin y Kitty para encontrarse. Tolstói escribe desde la perspectiva de un narrador anónimo y omnisciente que nos ofrece una mirada a los pensamientos y sentimientos de los personajes. Un recurso estilístico importante es el monólogo interior, en el que el narrador transmite directamente –y no como paráfrasis indirecta– al lector los pensamientos del personaje, por ejemplo, justo antes de que Ana se arroje frente al tren.

Planteamientos de interpretación

  • El tema principal de la obra no es el adulterio, sino la cuestión de la culpa, la condena, la indiferencia, el perdón y, en última instancia, la cuestión del sentido de la vida: Tolstói alude a esto al comenzar la novela con un tema bíblico y al terminarla con la respuesta de Levin a la búsqueda de sentido. Al lector de hoy, para el que el divorcio es una cuestión cotidiana, puede escapársele la profunda dimensión metafísica de la obra.
  • Tolstói utiliza diversos motivos que son predictivos de acontecimientos futuros. Uno de los motivos más fuertes es la estación del tren; Ana se encuentra aquí por primera vez con su admirador, de aquí parte con él para varios viajes y, por último, también aquí encuentra su fin. La carrera de caballos también puede considerarse simbólica. El final de Fru-Fru, el caballo de Vronsky, recuerda a Ana, a quien el comportamiento egoísta de Vronsky también destruirá más tarde. En esta escena, la culpa de Vronsky queda clarísima.
  • El conflicto de la novela se origina menos en la vida privada de los personajes que bajo la inmensa presión de la sociedad. Tolstói se muestra aquí como un buen observador de la sociedad de San Petersburgo, a la que él rechaza en lo personal y la compara con la sencilla vida del campo. Las intrigas, el ridículo juego de las convenciones y la indignación artificial por la “caída” de Ana actúan como un veneno que hace imposible un arreglo amistoso en el escándalo del adulterio.
  • Tolstói presenta a Vronsky, el amante de Ana, como alguien desconcertante. El lector tiene poca idea del mundo interior de Vronsky. Se presenta como un personaje que consiste, casi exclusivamente, en acción externa.
  • Esto contrasta con la descripción íntima y colorida de los pensamientos y sentimientos de Levin y Ana. La protagonista está tan animada por su afán de felicidad que sacrifica su matrimonio. Cree en el amor romántico y en la familia. Ama a su hijo con adoración y le resulta difícil separarse de él. Lo que más aborrece es la superficialidad, las mentiras y la hipocresía. Por eso, se refugia primero en los brazos de Vronsky y, cuando su amor se enfría, incluso en la muerte. En Levin, Tolstói refleja su propia búsqueda de fe y sentido de la vida.

Antecedentes históricos

Rusia en el siglo XIX

El zar Alejandro II, que llegó al trono en medio de la Guerra de Crimea (1854-1856), llevó a cabo varias reformas fundamentales en Rusia: en 1864 introdujo un autogobierno limitado en algunas ciudades y en el campo. El Zemstvo era el órgano político correspondiente, cuya administración consistía en representantes de la nobleza, habitantes de la ciudad y campesinos, y el cual se puede considerar como una base importante para el liberalismo ruso. Tres años antes Alejandro II ya había propuesto la abolición de la servidumbre según el modelo de Prusia: la llamada emancipación de los campesinos. Hasta entonces los campesinos no eran libres y podían ser vendidos junto con la tierra en la que vivían. Ahora se les permitía comprar su propia tierra y construir por su propia cuenta, adquirir bienes y contratar trabajadores. Tolstói celebró estas reformas: Levin, su alter ego en Ana Karenina, intenta desarrollar un modelo cooperativo con sus campesinos. Tolstói también utiliza un tema de política exterior en la novela: la cuestión serbia. En 1875 los pueblos de los Balcanes se rebelaron contra la opresión del Imperio otomano. Rusia simpatizaba con los serbios en un frente amplio, de modo que Alejandro II inició la guerra contra los turcos en enero de 1877.

Origen

“Ayer en la noche me dijo que tenía en mente un tipo de mujer, casada y perteneciente a la alta sociedad, pero que se pierde a sí misma”, así informó la esposa de Tolstói sobre el día en que su marido definió su nuevo proyecto literario. Después del largo trabajo en la obra monumental Guerra y paz y decepcionado por las críticas negativas, el escritor recurrió a una historia más privada. Quería escribir un texto que retratara la vida cotidiana. Rápidamente encontró un tema: el adulterio. Las novelas con este contenido gozaron de gran popularidad a mediados del siglo XIX.

Muchos elementos de Ana Karenina provienen del entorno inmediato de Tolstói. El nombre de pila y el terrible final de su protagonista lo tomó de un acontecimiento del vecindario: en 1872 Anna Stepanova Pirogova se arrojó frente a un tren después de una tragedia de adulterio. Tolstói, que conocía a Anna, incluso asistió a su autopsia. Otros elementos de la vida del poeta se reflejan en algunos personajes de la novela: en 1862 Tolstói se casó a los 34 años con Sofía Behrs, de 18. Su descripción de la nueva felicidad conyugal de Levin y Kitty corresponde a la de su propia familia. Mientras escribía la novela, sufrió una profunda crisis existencial y dudó de la iglesia ortodoxa rusa y de toda la moralidad de la sociedad rusa. Levin, su alter ego en la novela, pasa por la misma crisis y, al final, encuentra una respuesta a su búsqueda de sentido. Al igual que Guerra y paz, Ana Karenina se publicó como novela por entregas entre 1875 y 1877 en la revista rusa Russkij vestnik. En 1878 se publicó en forma de libro.

Historia de la influencia de la obra

Ana Karenina constituyó de inmediato un gran éxito para Tolstói. La novela se publicó como edición previa en varias partes y los lectores esperaban ansiosos la continuación. El libro se convirtió en un tema de conversación en la sociedad rusa. Si se hablaba de literatura, no se podía pasar por alto Ana Karenina. Después de Guerra y paz, Tolstói consiguió un lugar entre los autores rusos más respetados con su segunda narración épica.

Para el escritor y profesor de literatura de origen ruso Vladimir Nabokov, Tolstói era sencillamente “el autor más grande de la prosa rusa”. El poeta inglés Matthew Arnold elogió el realismo en el estilo de Tolstói: “No deberíamos considerar a Ana Karenina como una obra de arte, sino como una realidad de la vida, porque verdaderamente es una parte de la realidad de la vida”. Fiódor Dostoyevski, otro de los más grandes escritores de la literatura universal, contemporáneo de Tolstói, también dijo con entusiasmo: “Ana Karenina es una obra de arte perfecta. Esta novela contiene un mensaje humano que nunca se había escuchado en Europa y que la gente del mundo occidental necesita”.

Con el personaje de Ana Karenina, Tolstói creó a una de las adúlteras más famosas y, con su historia, una de las novelas sociales y familiares más importantes del siglo XIX. La obra se inserta entre las grandes novelas europeas con un tema similar: Madame Bovary de Gustav Flaubert (1856) y Effi Briest de Theodor Fontane (1895). Como uno de los materiales más populares de la literatura universal, la novela ha sido filmada más de 25 veces. Especialmente famosa es la adaptación cinematográfica de Edmund Golding con Greta Garbo en el papel principal (1927).

Sobre el autor

Lev (León) Nikoláievich Tolstói nació el 9 de septiembre de 1828 en Yásnaia Polaina, dentro de una familia noble rusa. Como perdió pronto a sus padres, fue criado por una tía. Entre 1844 y 1847 asistió a la Universidad de Kazán, pero abandonó sus estudios de filología oriental y derecho sin hacer examen. También desechó el plan original de ingresar en el servicio diplomático. Inspirado por las ideas de Rousseau, intentó abolir el sistema de servidumbre en su finca, pero no lo logró. Después de años de ocio y ante la acumulación de deudas de juego, en 1851 se ofreció voluntariamente para el servicio militar. Participó en las luchas en el Cáucaso y en la Guerra de Crimea. De 1856 en adelante realizó dos viajes importantes a Europa. Después de su matrimonio con Sofía Andreyévna Behrs, de 18 años de edad, con quien tendría 13 hijos, se estableció en 1862 en su lugar de nacimiento y consiguió sus primeros pequeños éxitos literarios. A partir de 1869, Tolstói sufrió una grave crisis existencial, principalmente porque las contradicciones entre la prosperidad de su vida y sus convicciones políticas le parecían indisolubles. Leyó a Schopenhauer, lo que hizo aun más profunda su actitud pesimista. Su trabajo estuvo caracterizado cada vez más por temas éticos y religiosos. Sus novelas Guerra y paz (1868-1869) y Anna Karenina (1875-1877) también surgieron bajo estos signos. En 1901 rechazó el premio Nobel de literatura porque en ese entonces para él cualquier tipo de organización –incluso social y cultural– era sospechosa; ese mismo año también aceptó, imperturbable, la excomunión de la iglesia ortodoxa rusa (se negaba, entre otras cosas, a reconocer a la Divina Trinidad). En noviembre de 1910 intentó escapar de su matrimonio cada vez más destrozado mediante una fuga secreta y, en el futuro, quiso vivir solo y sin bienes. Ese mismo mes, el 20 de noviembre de 1910, murió de neumonía en la estación de tren de Astápovo.


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