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La trampa de la ayuda

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La trampa de la ayuda

Crudas realidades sobre el fin de la pobreza

Columbia UP,

15 mins. de lectura
10 ideas fundamentales
Audio y Texto

¿De qué se trata?

Dar dinero a los países pobres, es hacerlos dependientes. Promover el desarrollo de negocios, les ayuda a desarrollarse.

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Clasificación editorial

8

Cualidades

  • Innovador

Reseña

Las naciones prósperas gastan hoy más de US$100 mil millones al año en ayuda a los países en desarrollo. R. Glenn Hubbard, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia, y William Duggan, aconsejan no seguir entregando más dinero a gobiernos corruptos y dictadores de pacotilla para proyectos de desarrollo que nunca se materializan. En su lugar, proponen un “nuevo Plan Marshall para las naciones más pobres del mundo”. Similar al Plan Marshall original que ayudó a los países europeos a reconstruir su economía después de la Segunda Guerra Mundial, el nuevo programa se enfocaría en préstamos para ayudar a los negocios locales a que despeguen. Los autores no vacilan en presentar los obstáculos previsibles y desventajas obvias de su plan. Explican a detalle cómo lanzarlo, las instituciones que serían las responsables y cómo éstas deberían funcionar. getAbstract recomienda esta interesante propuesta sobre cómo los países ricos pueden ayudar a los países pobres a sacar a su gente de la pobreza.

Resumen

La “trampa de la beneficencia”

Las iglesias, organizaciones y gente de buen corazón en todo el mundo aportan tiempo, dinero y oraciones para ayudar a eliminar la pobreza y mejorar las condiciones en los países en desarrollo. Sin embargo, estos caen en la “trampa de la beneficencia” cuando asumen que sus donativos solos pueden solucionar los problemas del mundo subdesarrollado. Desafortunadamente, cuando los países pobres y sus ciudadanos se vuelven dependientes de la caridad y de la ayuda extranjera, sus sectores comerciales locales no pueden prosperar. Si usted es pobre en un país de estos, su mejor opción es ser designado para un puesto en el gobierno (financiado con ayuda del extranjero) o asegurar un trabajo a través de una organización no gubernamental (financiada por la beneficencia). Esto es mejor que trabajar por su cuenta como agricultor o artesano, ya que su gobierno no tiene necesidad de desarrollar un sector comercial.

“Las raíces de la prosperidad en un mundo moderno”

El sector comercial siempre ha sido el motor principal para eliminar la pobreza. Pero nunca se desarrolló sin obstáculos. Las fuerzas económicas y las condiciones anticomerciales...

Sobre los autores

R. Glenn Hubbard es el decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia. William Duggan es conferenciante sénior sobre estrategias en la misma universidad y tiene vasta experiencia en ayuda al extranjero.


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