Heather E. McGowan y Chris Shipley, expertos en el futuro del trabajo, sostienen que aunque la tecnología puede ser el motor de un cambio masivo, los seres humanos permanecen en el asiento del conductor. Solo las personas tienen la cognición orgánica necesaria para la creatividad, la colaboración y la adaptación. Reconociendo una nueva era de incertidumbre sin precedentes, McGowan y Shipley plantean un futuro en el que los humanos comparten conocimientos y construyen culturas significativas en el lugar de trabajo.
La tecnología está transformando el mundo del trabajo más rápido que nunca.
El mundo está sufriendo tres cambios climáticos –en el medio ambiente, en el mercado y en la tecnología– que están obligando a las personas a ser más hábiles para adaptarse. Los trabajos cambian tan rápido que es posible que su actual empleo no exista dentro de 18 a 24 meses. La CEO de IBM Ginni Rometty cree que la inteligencia artificial probablemente transformará el 100 % de los empleos en 10 años. El mundo está en la cúspide de la cuarta revolución industrial, en la que los sistemas cibernéticos y biológicos se combinarán para crear una economía completamente digital. El cambio está ocurriendo ahora más rápido que nunca en la historia de la humanidad. En palabras del escritor del New York Times Thomas Friedman: “Después se acabó”. Para evitar una catástrofe para la próxima generación, los humanos deben adaptarse, ahora.
El cambio climático del mercado está en el horizonte. La moneda, la colaboración y los contratos, entre otras transacciones, se volverán digitales y se moverán a la velocidad de la luz.
Los tres cambios climáticos darán nueva forma a la ética...
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