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Nuestra Señora de París

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Nuestra Señora de París

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12 ideas fundamentales
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¿De qué se trata?

La versión de Víctor Hugo de “La bella y la bestia” narra una historia romántica y trágica que tiene lugar en el París medieval.


Clásico de la literatura

  • Novela
  • Romanticismo

De qué se trata

Romanticismo escalofriante en la catedral de París

Seguramente es uno de los personajes más conocidos de la literatura mundial: Quasimodo, el campanero jorobado de Notre Dame. Muchas veces es puesto en la misma categoría con los monstruos tradicionales, pero son pocos los que conocen su verdadera historia, y eso, a pesar de que la novela de Víctor Hugo resulta sumamente interesante. El escritor no dejó nada al azar: durante incontables recorridos nocturnos, estudió la catedral hasta en sus últimos recovecos y la convirtió en la protagonista de su primera novela de éxito. Aquí tiene lugar la trágica historia de amor entre el feo campanero Quasimodo y la bella gitana Esmeralda, el beato sacerdote Frollo y el capitán Febo. Víctor Hugo hace un uso excelente del fervor que sienten sus contemporáneos por el medievo: las cazas de brujas, las escenas de masas de gente, las torturas crueles y el amor incondicional se entrelazan con las explicaciones históricas sobre París y su catedral, junto con descripciones coloridas. La novela fue muy bien recibida por el público, ha sido reinterpretada varias veces en películas y en un musical de Broadway. En vista de todas las simplificaciones, adaptaciones y modificaciones que se le han hecho, vale la pena echarle una mirada al original: la novela más importante del Romanticismo francés que sigue siendo una lectura sencilla y atrapante.

Ideas fundamentales

  • La novela de Víctor Hugo Nuestra Señora de París es la obra más importante del Romanticismo francés.
  • A diferencia de los poetas del clasicismo francés, Víctor Hugo abrió un espacio para la fealdad y lo grotesco en la literatura.
  • La catedral de París, Notre Dame, está en el centro de la obra.
  • Víctor Hugo realizó una gran investigación previa para que su obra fuera correcta desde el punto de vista histórico, a pesar de la trama romántica.
  • La novela describe una tragedia de enredos amorosos en el París del año 1482.
  • Frollo, el archidiácono de Notre Drame, está enamorado de la gitana Esmeralda, pero no puede mostrarlo públicamente. Su tormento interior es la perdición para ambos.
  • El campanero jorobado Quasimodo, hijo adoptivo de Frollo, intenta raptar a Esmeralda, pero lo atrapan y lo torturan.
  • La gitana se apiada de él, lo que hace que también Quasimodo se enamore de ella. Pero Esmeralda escoge al capitán Febo, a quien Frollo apuñala, cegado por los celos.
  • Frollo logra culpar de esto a Esmeralda y someterla a un proceso por brujería.
  • Quasimodo intenta salvar a la gitana, pero no logra evitar su muerte. Cuando descubre que su padre adoptivo, Frollo, está detrás de la acusación de brujería, lo mata y él también muere con el corazón destrozado.
  • La novela se convirtió en un éxito sensacional y sentó las bases para la fama del escritor. Víctor Hugo se convirtió prácticamente en un héroe nacional.
  • La oscura historia romántica ha sido llevada al cine varias veces; también es el tema de una ópera y de un musical de Broadway.

Resumen

La Fiesta de los Locos

París, 6 de enero de 1482: la ciudad está conmocionada. Hoy, en el día de los Reyes Magos, se celebra la Fiesta de los Locos, en la que el pueblo encuentra muchas cosas para ver y admirar. La mayor parte del público se reúne para ver la obra de misterio en el palacio de justicia, pero se producen enfrentamientos porque la puesta no comienza a tiempo. Cuando finalmente empieza, el público aplaude entusiasmado y alaba la obra, pero poco a poco pierde interés. En su lugar, es otro hecho el que entretiene sus ojos: la elección del Papa de los Locos. Mientras Pierre Gringoire, el poeta, se queja desolado por el rechazo de su obra, la gente observa embelesada cómo todo tipo de personajes muestran su cabeza a través de un agujero en la pared. El lema: quién tenga el rosto más feo, ganará la competencia. Muchos se presentan, pero ninguno de los participantes puede competir con la cara del campanero de Notre Dame: jorobado, deforme, tuerto y sordo. El solitario hombre, llamado Quasimodo, al que por lo general todos evitan, es elegido espontáneamente como Papa de los Locos y es llevado en andas por las callejuelas de la ciudad.

La gitana

Al llegar la noche, Pierre Gringoire abandona el palacio y vaga por París buscando un lugar donde dormir. En la plaza de la Grève se ha reunido una multitud alrededor del fuego. Todos miran extasiados a una bella y exótica mujer que hace trucos graciosos con su cabrito. “Así que esa es la famosa Esmeralda”, piensa Pierre. "¡Es sólo una gitana!" Un poco alejado de la masa de gente, el poeta descubre a un hombre calvo que observa a la muchacha desde la distancia y comenta negativamente sobre su presentación. Alguien más observa a la gitana: una vieja huraña que vive en el sótano de la torre de Rolando.

Siervo y señor

Poco después, la procesión con el Papa de los Locos también llega a la plaza de la Grève, y Pierre ve cómo el hombre calvo se abalanza iracundo sobre el jorobado Quasimodo, le rompe el cetro de madera y lo regaña con severidad. Pierre reconoce entonces al calvo: es el archidiácono Claudio Frollo, su antiguo maestro. Quasimodo se inclina ante Frollo, que evidentemente tiene un poder absoluto sobre el deforme, y lo sigue hacia la catedral de Notre Dame, donde Frollo vive y el jorobado ejerce su trabajo de campanero. Pierre Gringoire sigue a Esmeralda por las oscuras callejuelas de París y es testigo de un intento de secuestro: no son otros que Quasimodo y su amo Frollo los que quieren atrapar a la gitana. Gringoire, que quiere ayudar a Esmeralda, es abatido por Quasimodo. En ese momento, aparece una tropa de soldados reales. Su líder, el capitán Febo de Châteaupers, salva a Esmeralda y sus hombres toman prisionero al jorobado. Frollo escapa sin ser visto. Esmeralda les agradece efusivamente y desaparece en la oscuridad.

En la Corte de los Milagros

De vuelta en sí, Pierre Gringoire se topa con otro peligro: buscando un lugar donde dormir, irrumpe sin quererlo en la Corte de los Milagros, la secretísima ciudad de los pordioseros, ladrones y gitanos. Su líder es Clopin Trouillefou, el rey de los ladrones. De manera grotesca, condena al pobre poeta a la muerte inmediata. Pero hay una posibilidad de salvarlo de la horca: una de las muchachas debe casarse con él. Para sorpresa de Gringoire, hay alguien que está dispuesto a hacerlo: no es otra que la bella Esmeralda la que permite que el pueblo los convierta en marido y mujer. Pierre no puede creer su suerte. Sin embargo, para su desdicha, rápidamente descubre que Esmeralda solo lo ha desposado para salvarlo de la horca y que rechaza todos sus intentos de acercamiento. Su mente está con el hombre que la salvó: el capitán Febo.

Retrospectiva: cómo empezó todo

En el año1467, el domingo eclesiástico llamado Quasimodogeniti (se trata del domingo una semana antes de la Pascua), en la cuna de Notre Dame aparece un niño abandonado. Horrible y deforme, las beatas lo desprecian, y se sorprenden al ver que el joven sacerdote Claudio Frollo se hace cargo del niño. El huérfano, bautizado como Quasimodo, le da al sacerdote la oportunidad de practicar sus dotes como educador. Frollo educa a Quasimodo detrás de los muros de Notre Dame y lo convierte en el campanero de la catedral.

“Parecía un gigante roto, al que unas torpes manos habían vuelto a unir sin mucho éxito””.

Al crecer, el niño pierde su capacidad auditiva debido al repique de las campanas. Se convierte en un habitante permanente de la iglesia, a la que percibe como su hogar, y casi nunca sale a la calle. Las gárgolas y las columnas de mármol son sus únicos amigos, y las campanas, a cada una de las cuales Quasimodo asigna un nombre, sus compañeras. Solo hay una sola persona a quien Quasimodo quiere más que a la catedral: a su amo Claudio Frollo.

“¡Caramba! ¡Padre santo! Eres el feo más bello que he visto en mi vida. No solo mereces ser el Papa en París, sino también en Roma””.

El tiempo ha pasado. Quasimodo ahora tiene 20 años y el archidiácono se ha convertido en un hombre oscuro y severo. Lo que une a estos dos habitantes de la catedral es el repudio que el pueblo siente por ellos.

¡Cuidado, gitana!

Quasimodo se encuentra frente al juez y debe responder por el ataque nocturno a Esmeralda, pero, como está sordo, no puede escuchar las palabras del juez. A su vez, el juez también es sordo y cree que los presentes ríen por lo grotesco de la situación provocada por las respuestas incorrectas e ilógicas del acusado, por lo que lo condena a ser azotado públicamente en la plaza de la Grève. Todo el pueblo se dirige allí. En el grupo también hay tres mujeres que conversan sobre la presentación de Esmeralda. Las mujeres visitan a la mujer solitaria que vive en la torre de Rolando y a quien muchos años antes le sucedió una tragedia por la que aún hoy llora: su bella hija fue robada por los gitanos y en su lugar dejaron a un niño horrible: Quasimodo.

En la picota

En la plaza de la Grève comienzan los azotes contra el jorobado. Entre las burlas del público, el verdugo realiza su trabajo y castiga al infeliz Quasimodo, que no entiende qué está sucediendo. Luego de los azotes debe permanecer atado durante una hora en la picota. Claudio Frollo, que presencia la escena, no mueve ni un dedo para liberar a su siervo y campanero. Quiasimodo pide agua, pero la masa solo le responde arrojándole piedras. En ese momento, Esmeralda se separa de la multitud y le lleva agua al sediento. Quasimodo, que por haber intentado secuestrarla espera más bien una bofetada, empieza a llorar. Incluso el tumulto parece tranquilizarse ante este gesto conmovedor.

El destino

El capitán Febo ha puesto sus ojos sobre la bella gitana, pero no es el único. Desde las torres de la catedral, hay otros dos pares de ojos observando la danza sensual de Esmeralda. Un par corresponde a Claudio Frollo, hipnotizado por los movimientos de la gitana. Cuando descubre que su antiguo alumno Pierre Gringoire es su “esposo”, corre a verlo para preguntarle por Esmeralda. Es él quien le menciona la admiración que ella siente por el capitán Febo. El segundo par de ojos es el de Quasimodo: su mundo de gárgolas, rincones y campanas ya no le basta. Está enamorado, pero sabe bien que Esmeralda nunca corresponderá sus sentimientos, por su fealdad.

“Bautizó al niño y lo llamó Quasimodo, ya sea en conmemoración al día en el que lo encontró o porque con el nombre denominaba el desarrollo incompleto de la pobre criatura. El tuerto, jorobado, cojo Quasimodo realmente era solo un ‘Quasi’””.

Después de entrevistarse con Pierre Gringoire, Frollo se recluye en su torre, cuyas paredes ha llenado de frases en griego y latín. La palabra µοίρα (destino) parece estar grabada muy profundamente en la piedra. Frollo está poseído por sus sentimientos por Esmeralda: se siente atraído y, al mismo tiempo, tiene profundos celos de Febo.

Una intriga mortal

Disfrazado, Frollo sigue a Febo, quien va a encontrarse con Esmeralda. El capitán nota que alguien lo sigue y lo encierra en una habitación junto a la que se encontrará con la gitana. Por una mirilla, Frollo observa cómo Esmeralda le confiesa su amor a Febo y cómo se besan apasionadamente. Esto es demasiado para Frollo, que se libera de su encierro y apuñala a Febo por la espalda. Esmeralda se desmaya. Cuando despierta, su amado yace en un charco de sangre, delante de ella. Entonces, la acusan de asesinato y brujería, la torturan y la condenan a la muerte en la horca. Claudio Frollo visita a Esmeralda en el calabozo. Le confiesa que está loco por ella, que vivió toda su vida muy seguro de sí, pero que con su belleza y su baile lo ha embrujado. Frollo le dice que Febo está muerto –una mentira, porque el capitán sobrevivió el ataque– y le ofrece salvarla de la horca si se entrega a él. Esmeralda lo rechaza, pero, de todos modos, logra salvarse. Quasimodo libera a la gitana y escapa con ella a la catedral. El asilo de la iglesia impide que intervengan los soldados y el verdugo.

Asilo en la catedral

A pesar de que en un primer momento Esmeralda no soporta verlo, Quasimodo se ocupa de ella, y le consigue ropa y alimento. También le indica que está segura mientras permanezca en la catedral. Quasimodo incluso intenta hacer que Febo, quien ya se ha recuperado, vaya a la iglesia; pero él solo se burla del jorobado. Porque Quasimodo no lo deja ver a Esmeralda, vuelven los celos de Frollo y diseña un maléfico plan: incita a Pierre Gringoire a venir a liberar a Esmeralda con la ayuda de todos los criminales y pordioseros de la Corte de los Milagros. Efectivamente, poco después, aparece una horda salvaje dispuesta a entrar en la catedral. Quasimodo no entiende lo que sucede y cree que es un ataque, por lo que arroja piedras y plomo fundido desde las gárgolas a la multitud enardecida.

“El poder que el archidiácono ejercía sobre el campanero no podía compararse con nada, como tampoco podía compararse con nada la fidelidad con la que el campanero adoraba al archidiácono””.

Cuando los soldados del rey entran en escena, los criminales y pordioseros se retiran. Mientras Quasimodo está ocupado, Gringoire y Frollo raptan a Esmeralda. El archidiácono vuelve a presionar a la gitana y, cuando nota que ella no siente nada por él, la arroja en el calabozo con la anciana solitaria. Aquí se descubre que Esmeralda es la hija de la mujer, raptada hace muchos años por los gitanos. La madre está loca de alegría de poder volver a ver a su hija después de tantos años, pero la felicidad dura poco, porque pronto aparecen los soldados y arrastran a Esmeralda hasta la horca. Las súplicas y los llantos de la madre no sirven de nada y, cuando muerde la mano del verdugo, los soldados la matan.

Se produce la desgracia

Quasimodo descubre que Esmeralda ha sido raptada de su escondite, mira hacia abajo, hacia la plaza de la Grève y debe ver cómo la gitana es ahorcada. De pronto nota que Frollo está junto a él observando la macabra escena y, al escuchar el ruido del cuello de Esmeralda al quebrarse, lanza una carcajada histérica. Quasimodo está ciego de ira y arroja al archidiácono desde la torre. Frollo cae 200 metros y muere de inmediato. Desesperado, Quasimodo mira hacia abajo y ve que las únicas dos personas que alguna vez ha amado yacen muertas en el piso.

Epílogo

Pierre Gringoire adopta al cabrito de Esmeralda y se convierte en un escritor de renombre. Febo se casa con una muchacha que desde hace tiempo le hace notar que está interesada en él. Del campanero no quedan ni rastros.

“Pronto empezó a correr la sangre. Miles de finísimos trazos rojos se esparcían por los negros hombros del jorobado, y los repetidos latigazos hacían que la sangre volara en su camino por el aire hasta salpicar con gruesas gotas a la plebe””.

Muchos años más tarde, los sepultureros encuentran abrazado al esqueleto de la gitana, los restos de un jorobado.

Acerca del texto

Estructura y estilo

El relato medieval de Víctor Hugo es un verdadero “novelón”: sus once capítulos pasan con facilidad y rapidez ante los ojos del lector. El autor dividió la obra claramente en varios capítulos. Los dos primeros describen la trama principal y describen con muchos detalles las escenas multitudinarias de la Fiesta de los Locos y la elección del Papa de los Locos. Aquí, Víctor Hugo presenta a las figuras principales. En el tercer capítulo introduce una breve historia de París y de la catedral de Notre Dame. De este modo, la trama dramática adquiere una nueva dimensión a través de los elementos épicos e históricos. En los capítulos cuatro y cinco, cuenta la historia de Frollo y Quasimodo y describe con mayor detalle a las dos figuras principales. Recién en el sexto capítulo, decide retomar la trama. Los últimos cinco capítulos narran los trágicos sucesos que envuelven a Frollo, Quasimodo, Febo y Esmeralda. La mezcla de contexto histórico, trama romántica y realismo de Hugo se produce con un lenguaje que contiene todo: descripciones detalladas, escenarios grotescos, diálogos cómicos y comentarios de un narrador omnisciente. Es una lectura sencilla que no adolece de profundidad.

Enfoques interpretativos

  • La novela es una de las principales obras del romanticismo y, como tal, se aleja de los rígidos principios del clasicismo. Víctor Hugo exigía que la literatura reflejara una verdad (vérité) poética. Lo feo y lo grotesco ya no pueden quedar afuera: “Todo lo que está en la naturaleza también está en el arte”, dijo defendiendo su postura.
  • Víctor Hugo quería escribir una novela que al mismo tiempo fuera una épica y un drama. Sus dos fórmulas más citadas son: “Pittoresque, mais poétique, réel, mais idéal, vrais, mais grand” (pintoresco pero poético, real pero idealista, verdadero pero grande) y: “Enchâsser Shakespeare dans Homer” (envolver a Shakespeare con Homero).
  • La catedral de Notre Dame y la ciudad de París no solo son escenarios, también son personajes centrales en la novela. Víctor Hugo dedica capítulos enteros a la observación histórica de la evolución de la catedral, a las heridas que recibió en el transcurso de los años y de la expansión de la ciudad.
  • El personaje central de Quasimodo es una contradicción en sí misma: el jorobado es feo por fuera, pero es compasivo y tiene un alma bella. Es la encarnación de un alma caritativa en un cuerpo grotesco.
  • En contraposición, el sacerdote Frollo evoluciona para convertirse en un personaje malvado e intrigante que no puede confesarse a sí mismo su amor por Esmeralda y que luego cede sin reparos a sus deseos y usa a otros para lograr su fin. Su conflicto de conciencia y el resultante carácter maníaco que desarrolla son presentados por Víctor Hugo con un magistral estilo psicológico.
  • Un tema general es el del destino. Frollo, quien graba la palabra “destino”, en griego, en el muro, no puede escapar de él, como tampoco pueden hacerlo Quasimodo, condenado a la soledad debido a su fealdad, ni Esmeralda, que se convierte en  objeto del deseo.

Antecedentes históricos

El Romanticismo francés y la Revolución de Julio

En el prólogo a su drama histórico Cromwell (1827), Víctor Hugo se opone a los rígidos principios estilísticos del clasicismo francés. A pesar de que la obra se estrenó recién a principios del siglo XX, el prólogo sobrevoló desde entonces como un programa en los círculos del Romanticismo francés. El Romanticismo como movimiento literario se extendió desde finales del siglo XVIII hasta la tercera década del siglo XIX. Se trató de un fenómeno difundido en toda Europa, pero su origen y epicentro están en Alemania. El Romanticismo era un movimiento opuesto al rígido clasicismo y a la Ilustración centrada en la razón. Los románticos hicieron de lo ilógico, onírico, emotivo y misterioso el eje de su literatura.

En novela medieval Nuestra Señora de París, los sucesos políticos del momento no desempeñan un papel importante. Solo hay una excepción: Víctor Hugo incorpora las escenas de las multitudes sobre la base de sus experiencias en la Revolución de Julio de 1830. El trasfondo: puesto que, desde la Revolución Francesa de 1789, nuevas fuerzas reaccionarias ocupaban el poder y el rey Carlos X quería ahogar todos los impulsos liberales (disolución de la cámara legislativa, anulación de la libertad de prensa), las fuerzas revolucionarias establecieron barricadas en París y obligaron al rey a abdicar. El triunfo de los defensores de la monarquía constitucional tuvo un impacto más allá de los límites de Francia. En la obra tardía de Víctor Hugo, Los miserables, de 1862, la Revolución de Julio desempeña un papel preponderante.

Origen

Como todos los románticos, Víctor Hugo estaba fascinado con el medievo. Comenzó a trabajar en su novela en el año 1829. El contrato con su editor preveía su entrega para el mismo año, pero no le fue posible respetar el plazo. Víctor Hugo se comprometía con un nuevo proyecto una y otra vez, hasta que su editor le dio una fecha definitiva en el verano de 1830: el libro debía ser presentado en febrero de 1831. Víctor Hugo tomó una decisión a partir de este ultimátum: se encerró en su estudio con una gran cantidad de tinta y papel, y se dedicó exclusivamente a la escritura, mientras, afuera, tenía lugar la Revolución de Julio de 1830. Víctor Hugo rechazó todas las visitas y, al igual que el campanero de su novela, casi nunca abandonaba su hogar, a excepción de las visitas nocturnas a la catedral de Notre Dame, cuya impactante arquitectura y cuyos misteriosos recovecos era su fuente de inspiración. En una de las rajaduras del muro, el escritor descubrió la palabra “destino”, se quedó pensando quién podría haber grabado esa palabra en la piedra y lo incorporó a su historia. Además de las observaciones durante sus visitas al lugar, Víctor Hugo también estudió textos, dibujos y normas antiguas: se trataba de que todo fuera históricamente correcto. Después de seis meses, en enero de 1831, pudo entregarle a su editor el manuscrito de su primera novela.

Influencia

El 16 de marzo de 1831, la novela terminada apareció en los estantes de las librerías y se convirtió en un éxito inmediato. Rápidamente, Víctor Hugo se convirtió en uno de los autores más famosos de toda Europa. Las innumerables traducciones lograron algo asombroso: viajeros de toda Europa visitaban a París para admirar la impresionante catedral de Notre Dame, descrita por Víctor Hugo. Pero, ¿qué encontraban? Una iglesia abandonada, corroída por la suciedad. En 1845, la ciudad de París puso en marcha una restauración general del edificio, que demoraría casi 20 años en finalizar. La novela también influyó sobre el gusto arquitectónico de su época: el desdén por las construcciones góticas desapareció por completo.

Más allá de todo esto, la novela fue decisiva para la literatura francesa de la época: después de leer Nuestra Señora de París, el poeta francés Alphonse de Lamartine definió a Víctor Hugo como el “Shakespeare de la novela”. El ideal artístico se desplazó desde el clasicismo al Romanticismo y a la idealización del medievo. Incluso el realista francés Gustave Flaubert escribió sobre el autor: “¡Qué gran hombre es este Víctor Hugo! ¡Maldición, qué gran escritor!”

La novela tuvo la misma suerte que el Moby Dick de Herman Melville: las adaptaciones posteriores, en especial las versiones fílmicas, se concentraron por lo general en el amor desdichado entre Quasimodo y Esmeralda o estilizaron al campanero hasta convertirlo en un hallazgo para las películas de horror. Entre las versiones cinematográficas más famosas se encuentra la versión de 1939 de William Dieterle, con Charles Laughton, y la realización de Jean Delannoy (1956) con Anthony Quinn y Gina Lollobrigida. En 1996, los estudios Disney retomaron la temática y la convirtieron en una película animada con un final feliz. Además, existe una ópera: Notre Dame (1914), de Franz Schmidt. La novela El perfume (1985), de Patrick Süskind, también parece estar inspirada en la obra de Víctor Hugo.

Sobre el autor

Víctor Hugo nació el 26 de febrero de 1802 en Bensançon, en el seno de la familia de un general. Ya en su temprana juventud descubrió su talento literario. Con tan solo 17 años, creó la revista literaria Le conservateur littéraire y obtuvo los primeros premios por su lírica. Las tendencias revolucionarias de su obra ya pueden entreverse en su drama Cromwell (1827). En su famoso prólogo defiende la idea de un drama romántico, alejado de los ideales clásicos. Su obra Hernani ou l’Honneur Castillan (Hernani o el honor castellano), estrenada en febrero de 1830 en la Comédie Française, generó tumultos entre el público, que se dividía entre conservador y romántico-progresista. Nuestra Señora de París (1831) estableció la fama de Víctor Hugo como autor romántico y, diez años más tarde, le abrió las puertas de la Academia Francesa. Después de eso, Víctor Hugo se dedicó activamente a la vida política y dejó de lado la literatura. Después de la Revolución de Julio de 1830, se sumó al partido real y, en 1845, el rey Luis Felipe le dio un título de nobleza, pero la revolución de 1848 hizo que Víctor Hugo cambiara de opinión y tomara partido por los republicanos. Después de un fallido intento golpista en contra del emperador Napoleón III, Víctor Hugo tuvo que escapar primero a Bélgica y luego a la isla de Jersey. Durante su exilio escribió su segunda obra famosa, Los miserables (1862), en la que describe la lucha por la supervivencia de las clases más bajas de la sociedad. En 1870, regresó a París. Allí murió el 22 de mayo de 1885. Uno de los principales premios de la literatura francesa, el Prix Victor Hugo, se nombró en su honor.


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