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Tierras de sangre
Libro

Tierras de sangre

Europa entre Hitler y Stalin

Basic Books, 2012 plus...

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Clasificación editorial

10

Cualidades

  • Innovador
  • Aplicable

Reseña

Se ha escrito tanto acerca de las atrocidades cometidas en Europa Oriental durante las décadas de 1930 y 1940 – sin mencionar todas las películas y documentales – que los observadores casuales de la historia podrían pensar que ya la conocen por completo. Y entonces llega el historiador de Yale Timothy Snyder, que replantea el drama de los 14 millones de personas que murieron de hambre, fusilados o en cámaras de gas durante un periodo de 12 años. Snyder documenta con precisión cómo utilizaron Hitler y Stalin las “tierras de sangre” – las fronteras entre sus países – para ejecutar sus planes genocidas. La gran contribución de Snyder es convertir de nuevo las cifras en personas. getAbstract cree que la meticulosa historia de Snyder debe ser leída y en particular por las nuevas generaciones, que posiblemente no entiendan todo el horror o el impacto del máximo misterio de asesinatos de Europa. ¿Y cuál es ese misterio? No se trata de quién cometió los crímenes ni por qué; esto ya se sabe. Se trata más bien de cómo cada víctima enfrentó la muerte, a menudo en las más crueles circunstancias, y de cómo los asesinos, millones de personas, y sus testigos, otros millones más, vivieron con estos crímenes e incluso los justificaron.

Resumen

Tierras de sangre

Al terminar la primera Guerra Mundial, Europa se fracturó, las poblaciones se dispersaron y los emperadores cedieron el paso a dirigentes electos. Europa Oriental, o las tierras de sangre, se convirtió en un amortiguador entre Alemania y la Unión Soviética. El territorio se extiende desde el Báltico hacia el sur a través de Bielorrusia, Polonia y Ucrania. Aquí, en las salobres corrientes de etnicidad, raza y tribu, Stalin y Hitler presionaron con sus ideologías y sus sueños por un imperio; sueños que costaron la vida de 14 millones de personas.

En 1932, la colectivización soviética y el mal tiempo minaron la producción alimentaria. Para satisfacer las cuotas del gobierno, los agricultores tuvieron que entregar sus semillas, quedándose sin nada que sembrar para el año siguiente. En ese verano, sólo en Kazajistán, más de un millón de personas murieron de hambre. Stalin vio la hambruna de los campesinos ucranianos como una traición por parte de los miembros del partido comunista ucraniano. Ordenó a sus enérgicos administradores leales que arreglaran el problema, pero los malos tiempos regresaron. En las hambrunas soviéticas de 1933, más de cinco millones...

Sobre el autor

El profesor de historia de la Universidad de Yale Timothy Snyder es especialista en el Holocausto y en Europa Central y Oriental.


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